Seamos generosos

En un mundo colmado por la pobreza, la injusticia, el dolor, la aflicción, la enfermedad y el desaliento, resulta muy edificante recordar las palabras de una persona que entregó su vida al servicio de los demás.

Mientras hoy nos jactamos de nuestra posición y pertenencias, el Apóstol Pablo sólo se jactó de su fidelidad al Señor y al Evangelio y fue un ejemplo de amor de servicio, de generosidad y de sacrificio.

Al final de su apostolado, cuando él se despidió de su congregación en Mileto, en su camino hacia Jerusalén, les habló con mucha claridad y en el amor del Señor:

“Con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para ayudar a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús: Hay más dicha en dar que en recibir." » Hechos 20:35

¡Qué diferente sería todo si sólo cambiáramos el “yo” por un “nosotros”, para ponernos al servicio de todos!

A modo de ejemplo y para tocar un tema muy actual, el Calentamiento Global es el resultado de una conducta “de unos pocos”, que nos va a afectar a “todos”. No es otra cosa que EGOÍSMO puro, palabra que proviene del latín EGO que significa “yo” y que se define como “Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás.” R.A.E.

El egoísmo cobra importancia sólo cuando somos afectados por él. El resto del tiempo, convive en nuestros corazones, e ignoramos su consecuencia en las demás personas.

Seamos generosos y desterremos el “yo” de nuestras vidas, enseñemos a los hijos a ser generosos y habremos dado el paso más importante en pos de construir un mundo mejor para todos.


Hugo Donoso Palacios