domingo, octubre 08, 2006

Pilar Sordo


Pilar Sordo, autora de ¡Viva la diferencia!
La sicóloga detrás del best seller

A pesar de que su libro ¡Viva la diferencia! lleva 34 semanas en la lista de los más vendidos entre 2005 y 2006, de estar en un reality show de la televisión (Expedición Robinson, Canal 13), de proveerle ideas al Coco Legrand para sus monólogos y de haberse convertido en charlista en colegios y empresas, esta sicóloga no es de la farándula. Asegura que todo eso es el altoparlante de lo que a ella de verdad le importa hacer, y eso es ayudar a los jóvenes y a los más pobres a acercarse al amor.
Texto: Margarita Serrano
No tiene nada que ver con su apellido asturiano. Esta sicóloga parece escuchar también con los ojos negros y atentos, con la risa recurrente, con la postura acogedora.Con facilidad arma un ambiente cálido y sencillo, como si nadie la esperara afuera de su consulta en el Hotel Marriott, como si no existiera el teléfono, como si no hubiera apuro. Hasta que consigue demostrar que este encuentro es lo más importante que le ha pasado y uno se siente así de importante. Ahí hace el contacto y logra que la conversación esté desnuda de prejuicios. Donde sus errores se ponen fácilmente sobre la mesa, así como sus dudas y sus amores. Eso debe ser lo que también crea con sus pacientes - ella vive en Quilpué, tiene su consulta en Viña y viene dos veces a la semana a esta consulta de Santiago- , un rinconcito de intimidad. Por eso la quieren tanto, jóvenes y viejos, hombres y mujeres, que sienten que esta católica observante de 40 años, separada, madre de dos hijos de 15 y 12 años, les ha salvado la vida.
No es raro, entonces, que su libro ¡Viva la diferencia! (Editorial Norma, 2005) esté pegado en el número uno de ventas hace año y medio, a pesar de no estar ni siquiera muy bien escrito. Ella habla mejor de lo que escribe, porque tiene mucho humor y cuenta las cosas desde la crudeza y desde la cotidianidad reconocible para todos. "Porque la mamá reta al hijo por celular mientras elige las lechugas en el supermercado, y claro, no se enfrenta con él porque después todos están comiendo en bandejas separadas...". Así empieza haciendo las radiografías de los tiempos actuales. Menuda y deslenguada, reconoce que el contenido del best seller es más bien conservador, porque defiende más a los hombres y le da más palos a las mujeres.- Tengo una postura más crítica frente a lo femenino. Creo que las mujeres nos desencontramos de nosotras mismas en la salida al mundo público, por lo tanto tenemos una deuda con nuestra identidad femenina, con nuestra valoración de ser mujeres: mientras siga siendo un cacho ser mujer, da lo mismo que yo sea gerente general de una empresa, porque no voy a poder aportar como mujer en la dimensión que yo puedo valorar lo femenino.
- ¿Y los hombres?- Han estado donde siempre están, y hoy día tienen más cosas: cocinan rico, cuentan cuentos, van a las reuniones de apoderados. Y nosotras dejamos de hacer cosas nuestras por meternos en este mundo de lo masculino, traicionando nuestra identidad para poder participar. Y ese es el viaje de retorno que tenemos que hacer. No en el mundo del trabajo, sino en el externo. Volver de lo externo a lo interno. Hay un retorno de la mujer hacia lo afectivo. Porque los logros laborales no la satisfacen en lo profundo, es entretenido por un rato. El tema es largo y nació de una investigación de tres años, en todo Chile. Ahora está preparando otra sobre la "anorexia sexual" de los jóvenes. La insatisfacción sexual que detectó en las terapias en hombres y mujeres jóvenes, en medio de una sociedad sobreerotizada por la publicidad, la farándula, la silicona, el desnudo. "Creo que hay un sexo público que nosotros consumimos a lo largo del día, que inconscientemente nos va produciendo un cierto cansancio frente al erotismo real, puertas adentro, con la persona que quiero. Las parejas tienen menos encuentros sexuales o de peor calidad, lo que desvincula el sexo con el afecto y el compromiso".
LA GORDITA DEL COLEGIO
Nació en Temuco, en una familia de comerciantes españoles, católicos y estrictos con las tres hijas de la familia. Ella recuerda que era gordita y que nadie se le acercaba para otra cosa que no fuera contarle sus penas. Por eso se acostumbró tanto a escuchar, porque era sólo ahí donde se sentía valorada. "Ahora he visto las fotos y no era tan gorda como me sentía entonces... Llevaba la gordura con bastante dignidad, pero para mí era definitiva".Su amor por los pobres estaba presente todo el tiempo. Quería ser monja, o santa. Pero quería estar al servicio de los demás. Vendía jugos para llevarle alimentos a una familia pobre de la zona. Recuerda con nostalgia profunda sus conversaciones con Sor Verecunda, una monja suiza que le prestaba las vidas de los santos y le daba chocolates. Cuando a su papá lo trasladaron en su trabajo a Viña, las tres niñas entraron a las Monjas Francesas. Y de ahí también recuerda que su gran apoyo fue la madre Carmen Rosa. Para entrar a la Diego Portales a estudiar Sicología, se instaló en una pensión en Santiago. Y estudió mucho, mucho. "Soy mucho más esforzada que inteligente. Siempre estudié más que las del lado, porque era porfiada en la búsqueda de los sueños". Se casó con el primer hombre que la miró, asegura. El primero que le tomó la mano. Fue tal su impresión de que alguien la viera como mujer y no como ayudadora. Tuvo a Cristián y a Nicole. Su hija tuvo una enfermedad muy grave el mes pasado, que terminó casi en una septicemina. Sintió que su mundo se detuvo, sólo se dedicó a ella. Pronto mejoró y ahora está bien. Otro momento duro de su vida fue su separación, luego de 11 años de matrimonio. Pilar cuenta ahora con transparencia lo descentrada que quedó, lo mal que lo pasó esos primeros dos años. "Creo en el amor como decisión y no como sentimiento. Creo mucho en el compromiso, pero fui muy inmadura". Los mea culpas y las reacciones de ambos la llevaron a plantearse el tema de las diferencias entre hombres y mujeres, dónde están los encuentros y desencuentros. Y ahí parte la investigación que llegó a ser best seller.Luego ha tenido dos parejas y ahora está sola. "Es que ahora estoy en un momento de sembrar, así es que nadie podría seguirme en estas carreras mías por los pueblos y colegios de Chile. Pero sé que cuando termine esta etapa, habrá un hombre esperando para amarlo".- Parece que la sicología estuviera reemplazando a la religión. Ustedes los sicólogos dan el consuelo que antes daban los curas. Usted está en los dos lados, porque tiene una profunda fe en Dios y es sicóloga. ¿Hay una competencia entre las dos cosas?- Creo que efectivamente hay una hipersicologización de la sociedad. La sicología se ha ido metiendo de forma muy intelectual, lo que ha ido produciendo un exceso de diagnósticos, como lo hay por ejemplo con respecto a las depresiones. Pareciera ser que todos están deprimidos, bipolares, estresados, con crisis de pánico. Pareciera que no hay nadie sano. Ese es un error nuestro, de los sicólogos, que tratamos de generarnos un espacio desde una visión que es más hermana de la medicina y no actuamos desde la humanización de la sicología.- ¿Qué es eso?- En la medida que nos acercamos a la esencia del ser humano tenemos que llegar a su dimensión espiritual. Dificulto que la inteligencia emocional por sí sola sea garantizadora de felicidad. Yo puedo manejar muy bien mi discurso, tener capacidad de establecer buenos vínculos afectivos, pero si no tengo un sentido de trascendencia en lo que realizo, no le otorgo un sentido. Y eso tiene que ver con la inteligencia espiritual.- ¿Esa será la moda de los próximos años?- Es lo que viene, es lo que ya está instalado en otros países. Y apunta a que ya no basta la inteligencia emocional para poder producir plenitud ni felicidad en el ser humano. Lo que importa es encontrarle una trascendencia a lo que hace para sentirse feliz. A mí nunca me ha producido una contradicción el mezclar el tema espiritual, de Dios, con la sicología. A la larga, el ser humano funciona integrando el cuerpo, la mente y el espíritu. Estoy convencida de que si tengo jaqueca es porque hay algo afectivo mío que me lo está produciendo. Primero se enferma el alma, y cuando uno no escucha esas claves - los occidentales no estamos entrenados para eso- , se enferma el cuerpo. Hay que hacer esas conexiones y para allá hay que ir. Por eso hay tanto sicólogo que hoy saca el tarot o estudia a los ángeles, porque creo que la sicología como técnica, como procedimiento, tiene que apuntar a que el ser humano se encuentre a sí mismo, y eso necesariamente va a pasar por la parte espiritual.- Pero, en definitiva, ¿reemplaza una terapia al confesor espiritual?- No, no lo reemplaza. En su omnipotencia lo ha pretendido, pero no lo puede reemplazar. La sicología es una herramienta más dentro del servicio hacia el ser humano para que pueda llegar a encontrar sus potencialidades.- ¿Nunca pensó en ser sicoanalista?- No, porque soy muy habladora. Necesito participar en el proceso de cambio con el otro, necesito comentar, reírme. Si me lo encuentro en la calle, necesito poder abrazarlo, mirarlo. La estructura del sicoanálisis, que me parece respetable, va en contra de cómo soy.- ¿Será más eficiente el sicoanálisis para mejorar la salud mental?- Es muy importante para ciertas estructuras de personalidad, y para aquellos que puedan pagarlo, lo que lo hace muy elitista. Yo tengo la sensación de que la eficiencia está determinada por el vínculo afectivo que uno logra establecer con la persona que está tratando de ayudar. Y eso determina en gran parte el éxito de la terapia. El concepto de "experiencia emocional correctiva" consiste en que con el vínculo que uno establece con la persona logra corregir los otros vínculos afectivos de esa persona. A la larga, todo eso pasa por el amor. Lo que nosotros hacemos es entregar el amor corregido, ya sea para que esa persona se aprenda a querer a sí misma o a los otros. Lo que hacemos no es ni más ni menos que corregir las formas de amar.
- ¿Y qué le pasó que no pudo aplicar nada de eso en su vínculo afectivo con su marido? ¿Es esta una crítica posible de un paciente suyo?- Es un juicio válido. (Se pone más seria). Pero en la medida que a uno le toca experimentar cosas en la vida personal, también uno puede sacar experiencias correctivas en uno que ayudan a ayudar a otro. A mí Dios me ha dado de todo un poco, me ha hecho pasar por distintos tipos de dolores, pero en la medida en que los he asimilado como aprendizajes y oportunidades, los puedo poner al servicio de las terapias. Cuando me separé me dijeron mucho que iba a perder credibilidad, pero no ocurrió así porque en la medida en que yo hablo de mis errores a mis pacientes, genero cercanía. Llegó gente a decirme que ahora podían contarme su vida, que era muy imperfecta, ahora que yo no tenía una vida perfecta. En otros que me ven tan bien les inspira confianza el pensar que ellos también podrán salir de la angustia en que están.
ESTÁ EN LA TELE, LUEGO EXISTE
Un día, después de haberse transformado en la autora chilena más vendida con su ¡Viva la diferencia!, la llamaron para que integrara la mesa de conversación cada lunes post reality en el programa Encuentros Cercanos de Canal 13. Querían que alguien le pusiera un cable a tierra al programa, que hablara de los procesos que ocurren en el reality show, y no de las personas. Confiesa que no sabía qué hacer, si meterse en un programa así o no. Lo habló con su amigo Coco Legrand y con otros. Al final decidió hacerlo.- Estaba aterrada. Sabía que era un riesgo. Le expliqué al equipo que había temas que no iba a hablar, que tomaría un tema por capítulo, pedí que me los mandaran antes para establecer el tema: el liderazgo, la agresividad, la competitividad, etc. Esos son los temas que yo trabajo con los adolescentes. Pero cada lunes es como subirme a una montaña rusa... Sergio Lagos me anima y me recuerda que estoy aquí para cumplir una misión... (Se ríe).Pero a estas alturas está contenta con el resultado, porque cuando recorre los colegios marginales en las regiones chilenas, se encuentra con que todos los jóvenes recuerdan y opinan sobre todo lo que ella ha dicho. Eso le calma el terror, hasta la siguiente semana. Y le da sentido a lo que hace. "Porque al final, todo tiene que ver con mi típica tontera de querer cambiar el planeta".- También puede ser mucha vanidad.- (Por primera vez se queda callada un rato). Es difícil esa pregunta. Porque, si soy honesta, mi motor no parece ser la búsqueda del reconocimiento hacia mí. Me importa que me reconozcan las ideas. Pero por lo que ellas puedan generar. Ahí el ego me acaricia... Por ejemplo, lo que pasó con ¡Viva la diferencia! fue algo que no esperaba. Creí que iba a ser más negativa la reacción, porque se trata de conclusiones más bien conservadoras. Y lo que ha pasado es que las agencias de publicidad quieren conocer la investigación, el Sernam también... Es transversal el interés: desde la escuelita 405 hasta el Gobierno me han pedido que se las cuente. Eso me sube el ego. Pero yo me siento algo muy chico, siempre le pido a Dios que hable por mí en las conferencias y después no tengo idea de lo que dije. Me siento una cosa chica, al servicio de todos.- ¿Pero dónde piensa poner el límite? Porque si ya está en un programa de farándula, puede terminar conduciendo un talk show de sicología barata...- Sí, hay un límite. Yo quiero seguir haciendo cosas en las que pueda sembrar. Puede ser otro programa de televisión; tal vez algún matinal en que se pueda dar un servicio. Pero esto tiene que complementarse con mis viajes por regiones, estar con la gente, ayudarlos a morir si es necesario o consolarlos en lo que sea. Esa es la savia que me permite hacer lo demás. Ese contacto con todos los estamentos del Chile real no lo transo por nada. Este año voy a dejar alguna escuela de Linares y Parral para ir más hacia la precordillera donde están los más pobres. Eso y mis pacientes son mi equilibrio. Lo público es amplificar lo que estoy haciendo, es como colocarle parlantes.No le gusta nada que le digan que ahora está muy importante porque sale en la tele. Pone una cara profunda de extrañeza frente a ello. De hecho, hay escuelitas que ya no se atreven a llamarla porque creen que porque está en la tele no irá este mes a la charla a los niños de primero medio. Pero ella se encarga de llamar y de anunciarles que irá. Cuenta con orgullo que cuando el público en vivo que está en esta sesión eliminatoria del reality baja al set al finalizar, le piden autógrafos a todos menos a ella. Y ella se retira con la libertad que siente de no ser parte de la farándula.
MAS PÍLDORAS, MENOS VOLUNTAD
Se ha especializado particularmente en adolescentes, entre primero y segundo medio, que es donde hay más problemas: las niñitas se cortan los brazos con el tip top o con la goma de borrar; comienza el alcoholismo, la depresión y la vida sexual. Por eso es que a Pilar Sordo le interesa tanto desplegar allí su fuerza y vehemencia sobre la importancia del amor. Y quienes la han visto dicen que con su humor y conocimiento de esa etapa de la vida, llega a apoderarse del interés total de los jóvenes.- Cuando dicen que les pareció interesante la charla, me ofendo. ¡Quiero remecerles el alma! Que reinventen todo lo que hacen, que se replanteen, pero no quiero ser dulce, porque eso se les olvida a los cinco minutos.- ¿Está de acuerdo con la píldora del día después?- Primero, creo que a los 14 años, la niñita jamás le contará a la mamá lo que hizo y va a partir con una amiga al consultorio. Así es que ese argumento de los padres es falso. Segundo, tampoco creo que con la píldora aumente la iniciación sexual, que ya está desatada, o sea que tampoco creo en ese argumento. En lo que no estoy de acuerdo con la píldora, y me parece grave, es que existe una enseñanza que le estamos dando a la juventud en el sentido de que todos los problemas los resolvemos con algo que está fuera de mí. Estamos tapados de farmacias; los cabros tienen que tomar copete porque si no, no son entretenidos; si están deprimidos tienen que tomarse un Ravotril o una fluoxetina. Si se acostaron, no importa, porque está esta píldora. Siento que cada vez debilitamos más en Chile los recursos internos de sanación. Cada vez dependemos más de un staff de servicios, que es la pastillita, el sicopedagogo, el fonoaudiólogo, y le estamos diciendo que él solo no puede. Eso es gravísimo, porque tenemos generaciones más y más débiles interiormente, menos capaces de controlar sus cosas propias. Con menos control interno desde para ducharse más corto, ver menos tele o menos computador o menos copete.

Margarita Serrano.

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